jueves, 3 de abril de 2008

Quiero sentir como antes...

Sentada en el vagón del tren, mira por la ventana. La vista perdida en el infinito, mientras con gesto ausente se quita el reloj de la muñeca. Lo del anillo esta mas complicado porque siempre se engancha. Se lleva el dedo a la boca para lubricarlo, -en otro escenario, ese gesto dispararía todas las alarmas- hasta que con un breve tirón de cabeza lo saca. No recuerda la ultima vez que se lo quitó con este propósito y la marca que le queda en el dedo lo prueba.

Su pose ausente, el agitar de su pecho le delatan. El corazón es una bomba que frenética amenaza con saltar del pecho al próximo latido. Sus latidos se acoplan al paso del tren sobre las vías, -popón... popón... popón ...- aunque ella no lo aprecia. Su mente esta lejos, muy lejos del oscuro vagón del tren, inmersa en una lucha de conflictos. Y se siente excitada por el encuentro inmediato, y se siente culpable por la traición que está apunto de cometer.

Que no debe lo sabe y eso le hiere las entrañas. Pero a su vez, traspasar lo prohibido hace que la excitación crezca hasta tal punto que la pasión le rezuma por los poros de la piel. Esta ansiosa por llegar al destino, por cometer el mas ancestral de los pecados, por olvidarse por un minuto que es humana, por romper las cadenas que la hieren, por volar alto, tan alto que al caer todo quede olvidado. Quiere ser libre, tan libre que le permita olvidar. O tal vez lo que realmente busca es recordar. Recordar que se siente cuando se es feliz y sonreír sin pensar como en el pasado.

Hoy, después de mucho tiempo de luchas internas y de varios intentos sin éxito, hoy ha tomado la decisión. Hoy es libre y se siente libre, es guapa y lo hace saber a quien la mira. Hoy es el punto de inflexión en el que todo cambiará. Hoy corre a su encuentro libre de culpa. Hoy el suelo tiembla a su paso impregnándolo todo de sensualidad, haciendo girar la cabeza a inocentes y a pecadores hasta partirles el cuello. Hoy es intocable a los sentimientos de culpabilidad, inmortal en emociones y por que no, un poco lujuriosa que eso también ayuda.

¡Hoy es una diosa bajada del monte Olimpo con la única intención de pecar!

5 comentarios:

Nenita dijo...

Las ansias de libertad tienen una fuerza increíble. Le pueden hacer cometer a uno verdaderas locuras. Para olvidar o para recordar, en definitiva para sentir, para salir del letargo. No sé si esta diosa se habrá acostumbrado a pecar o es que ya se libró de las cadenas. En cualquier caso, mientras sea fiel a sí misma, no puedo hacer otra cosa que felicitarla.

Una diosa del Olimpo...ummm...lo importante es que ella se sienta como tal.

Besossss

Belén dijo...

Pues que coño, que peque! jajajajaj

besicos

Nadym dijo...

Guauuuu, que comparación tan preciosa "hoy es una diosa bajada del monte Olimpo con la única intención de pecar"... Y a pecar se ha dicho, un secreto... yo haría lo mismo ;)

Siempre genial. Un besote fuerte.

Aldebaran dijo...

Gracias a las tres,

Este post es un tributo a la feminidad en particular y en general al pecado. Que creo que pecamos demasiado poco para lo que se puede "disfrutar" y siendo viernes y con el calorcito que hace... invita a ello jajaja

Nenita, es cierto que tenemos que vivir segun nuestros deseos y no dejarnos influir. Hay que ser fuertes para ello, pero nos lo debemos.
Un beso

Belen, ¡A pecar se ha dicho!
Otro beso para ti.

Nadym, ¿quien no es una diosa cuando se lo propone? Nos volveis locos y lo sabeis, tal vez demasidado bien, ¡que somos muy previsibles! Lastima que ya se esta perdiendo el noble arte del "flirteo" o el approach como dicen algunos, jajaja
Otro beso para ti.

adictaacruzarenrojo dijo...

Yo estoy con la señorita Belen...hay que pecar diosas...hay que pecar...

Un beso rojo