jueves, 24 de abril de 2008

A thousand little pieces...

Miro sin ver que tengo delante.
El tiempo se agota cuando la tarde llega a su fin y por fin marchas
Cae la noche y todo esta en silencio.
Mil lanzas son el lecho que abandonas. ¡Dulce sueño, mi amor!

Quisiera encontrar palabras que me hagan vomitar el nudo que tengo atravesado en la garganta.
Quiero gritar tan alto que mis pulmones se colapsen, quiero que se enteren hasta las piedras que hoy me he propuesto dejar de sentir y vivir inmunizado. Que no voy a permitir que nada entre y tampoco voy a dejar que nada salga. Y si eso significa ser un prófugo, viviré exiliado. Que ya estoy cansado de vivir en una puta montaña rusa.

Y Tu, la que me busca entre el gentío, mi media naranja despistada, deja ya de buscar. El barco ha zarpado y ya no vuelve a puerto, te lo prometo. Como Ulises, parto en busca de mi propia Odisea, solo que yo no volveré a ítaca. Penélope, siento que el destino haya tardado tanto en juntarnos porque para cuando te encuentre, solo buscaré en ti calor y ambrosía.

De vuelta, la lluvia golpea contra la ventana pidiendo permiso para entrar...
Sigue tu camino, que aquí ya tenemos un millar de perlas para arrojar contra algún cristal.
¡Joder! Deja de una puta vez que retumben las paredes.

No se, no se... estoy tan cansado de buscar. Hace tanto tiempo, tanto que partí sin rumbo que ahora me pregunto si tu también has renunciado. A lo mejor si me cruzo contigo, también estés inmunizada... y también busques en mí la misma pócima. Y a la mañana siguiente, después de bebernos y consumirnos hasta los huesos, solo quede de nosotros un montón de ceniza donde antes yacimos como dos reos en su última noche... Quizás entonces ya no quede nada que decir y en silencio nos prometamos el olvido.

Si así se ama... ¡yo también te quiero!

domingo, 20 de abril de 2008

Con las primeras luces de la mañana, la magia muere



Si yo te contara, si yo te contara cuantas veces me has suplicado...

Unas veces amable, lento y con sentimiento. Eligiendo las caricias que hacen que te muerdas el pulgar en un esfuerzo inútil de contener un gemido. Ahogando con el movimiento agitado de tu respiración, mil promesas sin raices. Alargando las horas en un intento inútil de parar el reloj en el instante.
Otras veces, tus ojos arden de deseo y las palabras sobran, la pasión me enloquece y ciego te arranco la ropa. Un fuego liquido me corre por las venas y doblego tu voluntad a golpe de riñón. No me pides nada porque nada esperas mas que eso, que la esencia de una locura incontrolada nos envuelva, enroscándonos en mil y una posturas imposibles, abrasando la razón y transformándonos en animales. Solo eso, animales.

Y sin embargo, después de tantas noches compartidas bajo el abrigo del anonimato, es con la llegada del día, cuando la calma nos invade y se desprenden las máscaras. Al instante el valor se evapora con el rocío de la mañana y dar el primer paso se antoja un viaje sin retorno, un salto al vacío preguntándonos si habrá red que nos salve. Un abismo se abre frente a los dos, alejando nuestros caminos. Tu corres a sus brazos, entre arrepentida por lo ocurrido y ansiosa por que el tiempo transcurra rápido para repetir de nuevo esta noche. Y yo, yo busco un sitio tranquilo donde morirme hasta esta noche que, como por casualidad, nos volvamos a encontrar en al barra del mismo bar de siempre. Y la misma frase, la que he repetido hasta la saciedad, nos convierta en dos vampiros ávidos de sangre.

Pero hoy no tengo fuerzas para jugar al gato y al ratón. Hoy no hay miraditas ni sonrisas furtivas, que la noche es corta y mi valor se escapa a la velocidad de tus caderas. Hoy voy a contarte mi verdad, la única verdad que puedo ofrecerte. Que nunca has sido mía porque nunca seré tuyo, que tengo un secreto inconfesable que te aleja, que las promesas son para cumplirlas y para ti solo tengo un puñado de mentiras que regalar.

Después de tanto tiempo, hoy he reunido el coraje suficiente para no acudir a la cita y en mi ausencia otro inconsciente ocupara mi vacío. Hoy, por fin he reunido el valor suficiente para decirte.... ¡Adiós!

viernes, 18 de abril de 2008

La Verdad y sus colores

Siempre buscando respuestas ocultas en los pliegues de mi piel, siempre queriendo saber como acabará la historia por venir... Hoy te voy a contar, que la vida va mas allá de saber, que los secretos viven y mueren en nuestros sueños y tu no eres nadie para atraparlos. Tu, que tanto anhelas la verdad, que te atreves a juzgar sin ser juzgada, que piensas que tu razón es un bastión inexpugnable. Artemisa sin corazón, ¿acaso darás caza a Calisto porque su voluntad le hizo tropezar? ¿Quien tiene la culpa de que el invierno te haya llegado tan pronto?

Si tan caro estas dispuesta a pagar la verdad, ve al Ombligo del mundo y encontrarás la respuesta que tanto anhelas. En la profundidad de una tierra roja por la sangre derramada por el ultimo legado, se haya un sarcófago de caoba y palosanto. En su tapa reza una inscripción: "Elige bien la respuesta, pues solo la correcta te hará libre" Alerta a los curiosos que quien lo abra apuesta su vida y su promesa de salvación.

Si crees que la providencia es un don ¡pregúntale al Cíclope!, que renunció a un ojo por ver el futuro y desde entonces sueña con el rostro de su verdugo. Te has preguntado alguna vez quien vendó los ojos a Temis. El destino es caprichoso y en esencia mucho mas listo.

Quien fuera ciego a la realidad para que con la noche, el manto del olvido y la desidia inflame mi voluntad y la reduzca a polvo y ceniza.

jueves, 10 de abril de 2008

Cuando el fin se acerca.

La cruz negra invertida sobre un fondo rojo escarlata me identifica como un integrante del gremio mas antiguo que se recuerda, el de los Asesinos. Aunque es un avatar respetado por uno y temido por otros, no es bueno llevarlo a la vista. Siempre hay aprendices de héroes dispuestos a ponerlo a prueba. ¡Caro pagaron su atrevimiento!

Como la de un soldado, mi vida es sencilla, yo puedo mirar a mi enemigo a los ojos. Y la muerte es un fiel compañero que me acompaña a diario, aunque últimamente he flirteado demasiadas veces con sus labios fríos. Dicen que una vez que su aliento se posa en tus labios, es momento de despedirse. Pero en mi caso, he tenido el placer de beberme su esencia hasta saciarme en mas de una ocasión, soy un condenado esperando su ejecución...

Nunca esperas que un solitario como yo, que solo sabe hacer bien una cosa, llegue a sentir algo que no sea resignación por aquello para lo que ha sido adiestrado. En un mundo donde los caballeros buscan honor y gloria, yo siempre he "completado" las amenazas huecas que otros han pregonado. Siempre he sido el brazo ejecutor de algún cobarde que tiene la lengua mas larga que su valentía. Nunca pensé que con cada daga que he hundido entre el hueco de alguna cota de malla, que con cada ultimo aliento expirado algo en mi también se escapaba. Tan liviano e imperceptible como la brisa acariciando mi marcado rostro, no se aprecia hasta que ya es demasiado tarde.

Y ahora, como un lobo que se lame sus heridas, con la cabeza gacha y ausente, arrastro los pies por cualquier callejón. En las noches frías de invierno, en noches como ésta, las sombras me abrazan dándome la bienvenida. La humedad se me clava en los huesos, aunque ajeno a las punzadas, solo tengo una obsesión. Solo busco una guarida donde esconderme, donde poder esquivar los recuerdos. Rehuyendo la compañía, no busco comprensión. Solo busco un rincón oscuro donde autodestruirse, que el trabajo ya esta hecho y solo queda el golpe de gracia. Ya no existe el mañana porque todo esta muerto. El final esta escrito. Que nunca he sido hombre de Honor. Jamás creí que aquello de lo que tantas veces me he mofado, en el ocaso de la vida fuese tan importante.

¿Que legado dejo atrás?... Lágrimas derramadas sobre alguna lápida sin nombre.

viernes, 4 de abril de 2008

Renglones torcidos a la vuelta de la esquina

¡Abrázame! Solo abrázame, que hoy el frío me ha vencido, que la noche es muy larga sin cobijo. No, no digas nada, los reproches son heridas lentas de cicatrizar y necesito todas las fuerzas que pueda reunir. La melancolía de tus ojos son el reflejo de en que me he convertido arañando mis retinas. Déjame entrar, que si me lo pienso mas, tal vez salga corriendo y nunca vuelva la vista atrás.

Por primera vez he sentido la brisa llenando mis pulmones con un dulce olor que me transporta a otros tiempos. Sumergido en un estado de paz, al estirar la mano, con la punta de los dedos, casi soy capaz de rozar el olvido. ¿Se puede olvidar si se desea con toda el alma?

Por una vez siente mi destino y comprende que soy el renglón torcido necesario en este circo que nos hace distintos. Que no estoy orgulloso de mi camino y ahora mas que nunca necesito cobijo y algo de abrigo. Los fantasmas que me destruirán mañana, hoy no se acercan si tu estas a mi lado. Mañana muy temprano buscaré consuelo en el destierro, pero hasta entonces solo abrázame. Bríndame una despedida lenta y en silencio, quiero sentir el fluir de tu calidez e impregnarme de tu fuerza. La decisión es dura y quiero llevarme algo de ti en mi nuevo viaje. Mañana al despertar huiré con las sombras. Y no seré mas que un recuerdo superficial que arrastrado por el viento se pierde en el desierto. Despedidas inconclusas en la mesilla de noche que rezuman cobardía, pero entiende que las fuerzas son escasas y el camino muy largo. Despídeme de ella, dile no sufra, que la quiero y sobre todo dile, que la culpa nunca ha sido suya.

Me consumo por dentro porque ya queda poco. Lo siento llegar aunque intento ignorarlo, ¿quien puede vivir conociendo su destino? El mio lo escribí hace mas de cien años y desde entonces, por mas que he luchado, no me he desviado ni un instante.

jueves, 3 de abril de 2008

Quiero sentir como antes...

Sentada en el vagón del tren, mira por la ventana. La vista perdida en el infinito, mientras con gesto ausente se quita el reloj de la muñeca. Lo del anillo esta mas complicado porque siempre se engancha. Se lleva el dedo a la boca para lubricarlo, -en otro escenario, ese gesto dispararía todas las alarmas- hasta que con un breve tirón de cabeza lo saca. No recuerda la ultima vez que se lo quitó con este propósito y la marca que le queda en el dedo lo prueba.

Su pose ausente, el agitar de su pecho le delatan. El corazón es una bomba que frenética amenaza con saltar del pecho al próximo latido. Sus latidos se acoplan al paso del tren sobre las vías, -popón... popón... popón ...- aunque ella no lo aprecia. Su mente esta lejos, muy lejos del oscuro vagón del tren, inmersa en una lucha de conflictos. Y se siente excitada por el encuentro inmediato, y se siente culpable por la traición que está apunto de cometer.

Que no debe lo sabe y eso le hiere las entrañas. Pero a su vez, traspasar lo prohibido hace que la excitación crezca hasta tal punto que la pasión le rezuma por los poros de la piel. Esta ansiosa por llegar al destino, por cometer el mas ancestral de los pecados, por olvidarse por un minuto que es humana, por romper las cadenas que la hieren, por volar alto, tan alto que al caer todo quede olvidado. Quiere ser libre, tan libre que le permita olvidar. O tal vez lo que realmente busca es recordar. Recordar que se siente cuando se es feliz y sonreír sin pensar como en el pasado.

Hoy, después de mucho tiempo de luchas internas y de varios intentos sin éxito, hoy ha tomado la decisión. Hoy es libre y se siente libre, es guapa y lo hace saber a quien la mira. Hoy es el punto de inflexión en el que todo cambiará. Hoy corre a su encuentro libre de culpa. Hoy el suelo tiembla a su paso impregnándolo todo de sensualidad, haciendo girar la cabeza a inocentes y a pecadores hasta partirles el cuello. Hoy es intocable a los sentimientos de culpabilidad, inmortal en emociones y por que no, un poco lujuriosa que eso también ayuda.

¡Hoy es una diosa bajada del monte Olimpo con la única intención de pecar!