Andrómeda ya no volverá

Andrómeda, sola y desnuda frente al mar enfurecido. Andrómeda, cansada esperas tu destino. Las cadenas, forjadas por Hefesto te atan a la fría roca y te hieren las muñecas mientras un abrazo mortal te envuelve y golpea. ¡Pagarás por el orgullo de otros!

La muchedumbre se asoma al escarpado acantilado para despedirte y capullos de gladiolos llueven en tu honor. Pero tú ajena, solo tienes ojos para uno. Un instante despues, a lomos del viento, alas de papel le sostienen como hilos a la marioneta. Hasta su vuelo parece majestuoso en la distancia. ¡Ícaro, la culpa nunca fue tuya!, gritas desgarrada, ¡quien te dirá a estas alturas que el paraíso es una quimera!

Quizás si el sol se apaga, Ícaro pueda remontar el vuelo de nuevo. Quizás mañana me despierte y esto solamente sea una pesadilla. Quizás yo no me llamo Andrómeda y la última vez que te vi caer no me quede a levantarte. Quizás el viejo tenía razón y no somos inmortales.Quizás te echo de menos porque no te tengo. Quizás Casiopea fue la mas hermosa, pero ¿a quién le importa ahora que su cara esta arrugada y sus tetas caídas?

Somos efímeros y no permaneceré el tiempo suficiente para que te acuerdes de mi. Ya no te busco porque no te recuerdo. Un puñado de polvo que un soplo de aire se lleva en el mismo acantilado donde una vez salté. Si al menos las cadenas no hubieran aguantado... pero Hefesto hizo bien su trabajo.