jueves, 24 de julio de 2008

El verano tiene duende...

Cae el sol y la vida renace a mi alrededor. Tras el bochorno irrespirable y el sudor que perla mi piel. La brisa se tiñe de aromas a lavanda y hierba buena, y desde los juncos la humedad me refresca el rostro curtido por el sol. Alargo la mano hacia la limonada fresca, la acerco a mi boca y mientras mi lengua juega con el frio de los hielos, alzo la mirada para verte pasar.

La piscina siempre abarrotada, hoy está curiosamente vacía. Recoges la toalla y pliegas la sombrilla a la vez que me miras de reojo con ese halo de misterio que te envuelve. Yo, mientras imagino mis manos copiando tus curvas.

Sonrío aun con el vaso entre los labios aprovechando que no puedes verlo. Tanta sexualidad en una mirada hace que me hierva la sangre. En estos momentos vendería mi alma por saber lo que piensas, lo que sientes cuando sabes que te miro de forma descarada para hacerte sonrojar...

Lentamente dejo el vaso en la mesa, me incorporo de la tumbona e intencionadamente, desentumezco los músculos. Esta vez tu mirada fugaz... digamos que no ha sido tan fugaz. Curiosamente me percato de la direccion de tu mirada y algo sorprendido veo que el calenton ya no se "sujeta" en el bañador.

-Siempre me pasa lo mismo, joer!- Solo queda una retida digna pienso mientras me sumerjo en el agua fria - espero que funcione- deseando que cuando salga del agua ya te hayas ido. Mientras buceo solo puedo ver tu cara riendo ante mi "tropezon".

Salgo del agua y miro alrededor con esperanza... !Sorpresa!, estallo mientras veo como dejas la toalla, la sombrilla, el bolso y te acercas al borde de la piscina con tus esmeraldas clavadas en mi...

3 comentarios:

Belén dijo...

Momentos de verano sin duda, los mas sexualmente activos del mundo!

Besicos

Aldebaran dijo...

El destape es lo que tiene, acerca los deseos...

Anónimo dijo...

Es como el bochorno de la cotidianidad sexual, al solo haber miradas, tropezones y caricias de luz :)